domingo, 24 de mayo de 2009

Tom Waits

Puños puños puños puños puños puños que descienden desde la crispación y se someten dentro de bolsillos vacios con olor a ingle. Pocos dólares muchas palabras, mucho sonido cizallando la cabeza. Rostro bestial con ojos de santo en extasis, animal enofago, el pecho vibrante como el de un gran bisonte moribundo. Tom Waits muerde el sonido y no lo deja ir, lo guarda en si hasta que haya adquirido la presión suficiente, luego lo expele como un viejo alambique descompuesto. Trilobite de la era beatnik, muestra los mismos opérculos que poseían Burroughs o Kerouak. Waits encarna esa anacrónica masculinidad Bukowskiana, que lleva el espíritu de la nada sobre sus hombros, siempre triste, siempre feliz, siempre ebrio, mas sobrio que muchos, mas sobrio que todos… perdido en un pubis, lamiendo vientres de mujer como hostias consagradas.






No hay comentarios:

Publicar un comentario